REGRESO A BELZAGOR, de Robert Silverberg

[Esta crítica fue publicada en Nueva Dimensión, núm. 141, enero de 1982. La novela fue editada por Martínez Roca, y hay reedición en La Factoría.]
 
(c) 1982 by J.C. Planells

 

Escrita durante uno de sus períodos más brillantes y prolíficos, ésta no es sin embargo una de las novelas más comentadas de Silverberg. Quizá porque quedara un tanto plastada por Alas nocturnas, Up the Line, La torre de cristal y otras casi coetáneas. Quizá porque su aparente sencillez la hizo desdeñable para los comentaristas. Tanto da, el caso es que Regreso a Belzagor se ofrece ahora al lector hispano que, seguramente, se quedara un tanto perplejo por no tener noticias previas de ella. ¿Una novela del Silverberg comercial?, se dirá. No, en absoluto. Una buena novela del mejor Silverberg, me atrevería yo a decir. Una novela llena de imaginación y sugerencias, de posibilidades que el autor sabe desarrollar excelentemente, convirtiendo al mismo lector en acompañante del viaje del protagonista.
Estamos en el planeta Belzagor, que la Tierra ha abandonado y dejado en manos de sus habitantes, los nildores, seres muy semejantes a los elefantes, y que tras muchos años de utilizarlos como animales de carga descubren que son inteligentes, poseen idioma propio y, por tanto, debe ser abandonado rápidamente el planeta y retornado a los nildores. En él permanecerán tan sólo un puñado de terrestres, voluntariamente, y acudirán los típicos e inevitables turistas. Edmundo Gundersen, que durante mucho tiempo estuvo en Belzagor, regresa ahora al planeta, a los ocho años de la desocupación terrestre, movido por unos imperiosos sentimientos de culpabilidad respecto a su conducta con algunos nildores. Su intención es asistir al rito del renacimiento, oscura ceremonia nunca presenciada por terrestre alguno y en la que, al parecer, los nildores "reviven". Su extrañeza aumenta al saber que la segunda raza inteligente del planeta, los gigantescos sulidores, seres bípedos que ocupan otra parte del planeta, sin mantener prácticamente ningún contacto con los nildores, son esenciales para el renacimiento de los nildores. Gundersen obtendrá permiso de los nildores para adentrarse por zonas tabú del planeta, a cambio de que les traiga a un terrestre, viejo amigo suyo que, al parecer, ha cometido una terrible indiscreción respecto a los ritos secretos de los nildores. Sin comprometerse demasiado, guiado únicamente por el afán de expiar sus culpas y asistir a ese renacimiento, Gundersen acepta.
A continuación, seguimos a Gundersen en su viaje por las diversas regiones de Belzagor, donde asiste a terribles encuentros, no por violentos, sino por inesperados. Los terrestres que voluntariamente han permanecido en Belzagor, han terminado prisioneros de extrañas formas de vida parasitarias. A este respecto, Gundersen tiene un estremecedor encuentro en una vieja estación abandonada, donde halla moribundos a dos compañeros de antaño, cuyos cuerpos están siendo utilizados por una repugnante forma de vida. No menos siniestro es su reencuentro con la mujer que amó, Seena, cuyo "vestido" es una forma de vida sospechosamente parasitaria y cuyo carácter se ha modificado en grado extremo desde que la vio por última vez. Seena le muestra a su marido, que asistió también al renacimiento de los nildores, queriendo él también "renacer", y quedando convertido en un monstruo. Horrorizado, Gundersen insiste sin embargo en su intención de efectuar también el rito. Es algo que le debe al planeta y a los nildores, por un viejo error cometido en sus primeros años de estancia en aquel mundo. ¿Saldrá triunfante Gundersen de la empresa? No desvelemos más misterios. Digamos en todo caso que la novela tiene el justo y merecido final, muy simbolista, quizás demasiado, pero realmente notable. Y, además, propone una singular forma de misticismo.
Recomiendo calurosamente la lectura de Regreso a Belzagor. Creo, sinceramente, que es una magnífica novela, excelentemente escrita, pensada y desarrollada, con unos personajes –humanos y extraterrestres– absolutamente plausibles, absolutamente acertados. No es una novela menor, en ningún caso, de Silverberg. Y creo también que merece un más justo reconocimiento. Felicitémonos de que nos haya llegado esta edición. Vale la pena. Y mucho.
 
 

Acerca de jcplanells3

Escritor. Barcelona, 1950. Véase en el epígrafe "bibliografía" de este blogzine la relación de mis trabajos publicados en papel: novelas, relatos y otros textos, así como en algunos sites de internet. Véase en el epígrafe "índices" del blog lo publicado en este blog, en los apartados de "artículos y ensayos" y "narrativa", desde diciembre de 2005.
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